martes, 4 de junio de 2013

El color de las encinas

   He visto al encinar vestirse de oro viejo y esperanza con la luz veteada del último atardecer de mayo. Desafiando, arrogante de edad, desengaños y sabiduría, a la noche que inevitablemente habrá de engullirlo.
   Sabe bien que la oscuridad engendrará, con las miserias viejas y las ilusiones renovadas, otro sol y una nueva mañana.
  Que las estrellas tejen con sus aristas, alfombras soberbias de geometrías movedizas, donde se mece el perezoso lucero y se acunan los sueños.
   Y al alba, la brisa fecunda de primavera esparcirá sobre los troncos viejos y las hojas cenicientas toda la gloria de la primera rosa blanca de junio, abierta de par en par a la vida.
   A mi Rosa blanca de Junio.